Salud - Alzheimer - Cómo proteger tu cerebro
Hoy comienzo un post sobre salud que se completá con una segunda parte próximamente. Considero este tema por demás importante. Basta de introducción y vayamos al grano.
A medida
que pasan los años, nos preguntamos como será nuestra vejez: ¿seré capaz de
seguir haciendo las cosas que me interesan? ¿Que pasara con mi mente? Esta última
cuestión ocupa el segundo lugar en la lista de preocupaciones acerca de la
salud (la primera es el cáncer) al menos en cuatro países: Francia, Alemania,
España y Estados unidos, de acuerdo con una investigación realizada por la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y el Consorcio Europeo de
Enfermedad de Alzheimer.
Lo que
subyace a la preocupación por el bienestar físico y mental, de cara a la vejez,
es el temor de desarrollar alguna forma de demencia, esto es, la perdida
progresiva de funciones cognitivas. La forma mas común de demencia es el mal de
Alzheimer, una enfermedad irreversible que empeora con el tiempo y afecta la
memoria, el pensamiento y el comportamiento.
Según datos
del Instituto de Neurología Cognitiva
(INECO), se estima que esta dolencia afecta a 1 de cada 8 personas mayores
de 65 años y a casi la mitad de los mayores de 85. Hasta ahora no se ha
identificado que la produce, aunque podría ser la una conjunción de factores.
Hay que tener presente que envejecimiento no es sinónimo de Alzheimer;
envejecer no esta, necesariamente, asociado al deterioro de las funciones
cognitivas.
Bien protegidos
En la
actualidad no existe cura a este tipo particular de demencia; sin embargo, los científicos
han puesto el foco en el estilo de vida que llevamos mucho antes de cumplir 65
años; concretamente, en la alimentación.
Gary Wenk, profesor de psicología, neurociencia y virológica
molecular de la universidad estatal de Ohio y autor del libro Your brain on Food, explica que lo que
comemos puede protegernos contra el Alzheimer y retardar su aparición o, por el
contrario, dejarnos desprotegidos frente al avance de este mal.
Todo lo que
consumimos desencadena algún tipo de reacción en el cerebro, dice Wenk, por eso
mismo, elegir bien nuestros alimentos puede minimizar el daño a las neuronas y
conservar el cerebro sano según pasan los años. (continuará)
Fuente: Revista Psicología positiva.
Mucha luz.
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