LIBERATE de los pensamientos que te obsesionan.
Solemos
pasar mucho tiempo rumiando una y otra vez aquellos temas que nos preocupan o
nos inquietan. Es que nos enseñaron que tomarse tiempo para pensar en las cosas
importantes de la vida es una actitud de madurez y equilibrio emocional. Eso
es cierto. Reflexionar, por lo general, nos ayuda a renovar nuestras ideas, a
tomar decisiones y a pasar a la acción con alegría y confianza.
Pero cuando
la reflexión se vuelve rumiante y obsesiva, nos atrapa en un laberinto de
ansiedad y preocupación que no conduce a buen puerto, sino al agotamiento.
Estas ideas nos taladran la cabeza noche y día y nos impiden estar en paz.